Varios oradores de las grandes empresas
sanitarias municipales en el Water Education Foundation Executive Briefing
señalaron el actual nivel de negligencia de infraestructura que la mayoría de
los usuarios ignora. Este abandono no sólo desperdicia el agua debido a fugas ,
sino que podría tener graves consecuencias económicas y de salud . Lo mas
preocupante es que no cuentan con los fondos necesarios para revertir este
abandono, tampoco visualizan fuentes de financiamiento en el futuro cercano.
Se concluye que que los gobiernos son muy
buenos para suministrar la infraestructura inicia, financiando la construcción
de sistemas de agua potable, pero
ineficientes para mantenerlos. Lamentablemente lo mismo ocurre con el sistema
de agua potable rural en Chile (APR).
El programa APR tiene cobertura nacional y
viene de los años 60 en que estuvo a
cargo del Servicio Nacional de Salud. Desde el año 2002 a la fecha su ejecución
radica en la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH).
Los criterios de focalización son ser
localidades concentradas y semiconcentradas, la población debe residir
permanentemente en la localidad cuyos jefes de hogar dependen económicamente de
la actividad agropecuaria o en calidad de trabajadores dependientes. No están
definido, por parte de la DOH,
los mecanismos de selección entre la población beneficiaria cuyos proyectos
serán evaluados para luego ser presentados al gobierno regional. En la
priorización de los proyectos participan los gobiernos regionales, por intermedio de los respectivos Consejos
Regionales, a partir de
proyectos que han aprobado su
factibilidad técnica, económica y social de MIDEPLAN. El Estado subsidia íntegramente desde los Estudios de
factibilidad hasta la instalación de la infraestructura y con las tarifas que posteriormente deben pagar los beneficiarios,
se debe
financiar la operación, administración
y el mantenimiento del sistema de agua potable.
El
problema que dio origen al programa está claramente identificado al constatar
que gran parte de la población rural no tenía agua potable rural con las
consecuencias de salud pública que ello involucraba. A comienzo de la década
del 90, el acceso a la red de agua
potable en el sector urbano llegaba al 98,5% y en las localidades rurales
concentradas sólo al 80%.
La prioridad en la asignación de los recursos la ha
tenido la construcción de sistemas de aguas potables, en la medida que se
privilegió alcanzar la total cobertura de las localidades concentradas. En promedio se instala 21 sistemas por año en
el período 2003 – 2006. El número total
de sistemas de APR entregados a localidades concentradas disminuye anualmente,
pasando de 44 sistemas el año 2003
a 4 sistemas instalados el año 2006, lo cual representa
una caída de 90,91% en el período 2003 a 2006, alcanzando una cifra acumulada de
1427 sistemas de APR instalados en localidades con población concentrada. Esta disminución se debe a que la cobertura
de localidades concentradas el año 2003 alcanzaba un 82,9%, cobertura que aumenta
a 98,8% al año 2006.
A partir de 2004, se
incorpora la población rural semi-concentrada.
Los sistemas de APR entregados a estas localidades aumentan en un 16,67%
entre el año 2004 y 2006. Del total de sistemas de APR entregados entre el año
2003 y 2006, el 58,1% corresponde a sistemas instalados en localidades semi-concentradas.
La participación de sistemas de APR instalados y entregados a localidades semi-concentradas,
respecto al número total de sistemas entregados, ha aumentado anualmente. Así
en los años 2004, 2005 y 2006, ellos representan un 41%, 63% y 84%
respectivamente.
Sin embargo, es
importante señalar que las tarifas que mantienen los Sistemas APR cubren los
gastos de operación y generan mínimos excedentes; en un 75% de los servicios
las tarifas permitirían cubrir gastos de operación, mantención y reparaciones
menores sin dificultades y sólo en un 22% de los servicios permite realizar
inversiones mayores como ampliaciones de redes, adquisición de equipos de
bombeo, instalación de estanques, etc. Actualmente, un 43,7% de los servicios
sólo emplean un cargo fijo en la tarifa y 56,3% incorpora un cargo fijo y
variable en su tarifa. Un 85% de los
servicios presentan un índice de recaudación menor a 1 (el índice de
recaudación se determina como la razón entre el monto recaudado con respecto al
monto facturado en el último año).
De los problemas
señalados anteriormente de variabilidad de modelos tarifarios, valores de estos
que en ocasiones no cubren los costos de operación y la disminuida capacidad de
recaudación por falta de un marco regulatorio.
La cantidad de agua suministrada por los sistemas de APR instalados y
entregados es bien evaluado por los usuarios, con una calificación de 6,4, de
una escala de 1 a
7, y presenta un 83,2% de satisfacción.
A su vez, un 87% de los servicios presentan resultados dentro de la
Norma en cuanto a calidad del recurso que producen y un 83,9% no presentó coliformes
fecales en las muestras analizadas.
Respecto a la continuidad, un 89% de los sistemas de APR tienen servicio
de agua potable en promedio 24 horas al día.
La población
beneficiaria efectiva acumulada alcanza a 1.489.206 habitantes rurales al año
2006. Sin embargo, se observa una
negativa evolución del número de beneficiarios efectivos, con una disminución
de 40,91% en el período 2003 – 2006.
La
baja de 40,9% en la población beneficiaria, se explica por la significativa
reducción en la población beneficiaria de las localidades concentradas. En
cuanto a los beneficiarios efectivos se constata una disminución de 92,9% en
los beneficiarios efectivos de localidades concentradas en el período
2003-2006, pasando de 21.041 beneficiarios el año 2003 a 1.420 en el año
2006. En cambio, los beneficiarios
efectivos en localidades semi-concentradas aumentan en un 12,1% pasando de 9.300 a 10.423.
Es muy positiva la evolución del indicador de cobertura de la población de localidades
rurales con población concentrada sin agua potable ya que se ha logrado cubrir un 96,6% de la población y un 98,8% de las
localidades al año 2006. Cabe consignar que del total de la población rural
al año 2006, el 48% no tiene agua potable; esta corresponde a población
semiconcentradas y dispersa.
Un desafío importante del Programa APR, que justifica su continuidad,
es que después de 40 años de inversión se ha creado un Sistema de APR
abasteciendo a 1.545.909 personas (2006), que
requiere de mejoramientos y ampliaciones.
Cabe consignar que un 57% de los servicios de APR instalados y
entregados desde el comienzo del Programa no han realizado todavía
mejoramientos, y la mayoría de estos sistemas son deficitarios, ya que por
su tamaño y por la capacidad de pago de los usuarios no generan los ingresos
suficientes para financiar las inversiones. Por lo tanto, estos sistemas
no son sustentables.